domingo, 27 de abril de 2014

Crema de alcachofas al aceite de oliva (microondas)

Introducción


         Hola amig@s
      Ésta crema de alcachofas será la primera receta que publico que está hecha al microondas. Éste electrodoméstico reconozco que lo utilizo poco para cocinar y suelo relegarlo a la función de calentar alimentos o líquidos. Sin embargo ésta crema la preparo desde hace unos tres o cuatro años.
      La receta se la debo al cocinero Sergio Fernández. Hace años le vi en un programa que se llamaba "SOS cocinero". En el programa,él iba a casa de la gente a cocinar con lo que tuvieran en casa.Se trataba de adaptarse a lo que se encontraba en cada casa y cocinar "diferente" para romper la monotonía en los menús. En muchas ocasiones,éste cocinero se encontraba con fuertes restricciones en cuanto a los ingredientes a utilizar: celiacos,obesos,diabéticos,alérgicos a algún nutriente etc. Aún así conseguía con los mismos ingredientes de los que éstas personas estaban aburridos de comer siempre lo mismo,romper esa monotonía y, con imaginación, conseguir un plato sabroso y diferente.
      El día en que vi ésta receta me llamó la atención desde el principio por la técnica utilizada.Además estaba hecha con alcachofas de las que soy un rendido fanático. El resultado es espectacular y la sencillez al prepararla no puede ser mayor. Si os gustan las alcachofas probarlo.El sabor a alcachofa y aceite de oliva es tan intenso que resulta una explosión en boca. Para mi ha sido uno de los mayores descubrimientos culinarios de los últimos años. Con respecto a la receta de Sergio, le añado una patata o dos,según tamaño y nata líquida,suavizando un poco el resultado final.
      Os enseñaré cómo se hace.










Ingredientes

- 5/6 alcachofas
- 1 patata mediana
- Medio litro de aceite de oliva
- Medio vaso de caldo de ave o carne
- 200 cc de nata líquida






Preparación

      Limpiamos las alcachofas de sus hojas hasta obtener los corazones de las mismas.Según vamos sacando los corazones de las alcachofas, los cortamos por la mitad y los sumergimos en un bol al que habremos puesto aceite de oliva hasta cubrir las alcachofas. La idea es que queden sumergidas ahí y, de ésta manera, no se oxiden. Así vamos haciendo con todas las alcachofas.
      La patata la pelamos y,también troceada, la introducimos en el bol con las alcachofas,poniendo más aceite para cubrir si fuera necesario.





      Cuando lo tengamos todo listo, cerramos herméticamente el bol con film transparente de cocina,dándole un par de vueltas para que cierre bien.
      Lo llevamos al microondas y lo dejamos 8-10 minutos a máxima potencia.



                                                       (Hacer click en la foto para agrandarla)

      Pasado ese tiempo lo sacamos y, con cuidado de no quemarnos, le quitamos el film. Un truco para no quemaros es pinchar el film y dejar que los vapores calientes se escapen para proceder a continuación a quitar el film.
      Sacamos las alcachofas y las patatas y las escurrimos bien del exceso de aceite con un colador. Cuando hayan escurrido bien las metemos en un vaso con la nata,el caldo, un pellizco de sal y un poco de pimienta negra y lo pasamos bien por el robot o la batidora.


                                                       (Hacer click en la foto para agrandarla)

      Cuando está todo bien batido, lo pasamos por un colador o un chino para eliminar las hebras que os hayan quedado y que quede la crema bien fina.





      Hacerme caso y probarlo.No os arrepentiréis. Yo hoy lo adorné con unas tiras de bacon crujiente....Bon appétit.




         

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Calorías por ración:  445 Kcal
      La mayoría de calorías vienen dadas por el aceite que absorben los alimentos en su cocción.
      


domingo, 20 de abril de 2014

Patatas a la riojana

Introducción

         Hola amig@s
      El plato que os presento hoy es uno de esos guisos de siempre: patatas a la riojana. Una receta cuyos aromas y sabor nos hablan de tradición,de guiso de la abuela. Una cucharada de éste plato nos evocará las raíces en la que está construido: el pan de pueblo,el olor a leña de la chimenea,el canto del gallo.Acaso un rebuzno lejano acompañado del ladrido de varios perros.El olor intenso del buen aceite de oliva y de las chacinas puestas a secar en el tendedero oscuro de la fresquera de la abuela. Yo,de niño "tuve pueblo" y éste plato es de esos que te trasladan a esa zona feliz de la vida de toda persona y te refrescan recuerdos,aromas y sabores que creías olvidados. Y eso que es una receta que descubrí en la edad adulta pues mi madre no conocía éste guiso. Pero seguro que hay muchos niños de 30,40 o 60 años que si lo recuerdan.
      Es un plato con todo el peso de la tradición originario de la zona de La rioja y la rioja alavesa y que ha sabido abrirse camino hasta llegar a ser un plato muy conocido en toda España. Una delicia al paladar cuyo secreto es la sencillez,como todos los platos que se hacían con poca materia prima y mucho ingenio.
      Es conocida una anécdota protagonizada Paul Bocuse, el gurú de la "nouvelle cuisine"En ella se cuenta que,con motivo de una visita a España por motivos de trabajo,un día recaló en una bodega riojana en dónde le sirvieron unas patatas a la riojana. El famoso chef quedó tan complacido que declaró que un plato así debería de representar a España por el mundo pues era lo más exquisito que había probado nunca... y se comió tres platos. Me parece a mi,que tres platos son muchos y que,al ir pasando de boca en boca el sucedido, se ha exagerado un poco. No obstante sea cierto en todo o en parte si da una idea de lo que un fino paladar apreció en ésta receta sencilla pero exquisita.
      La receta,obviamente por su procedencia, se hace con chorizo riojano. No obstante como es posible que, según en dónde viváis, no lo encontraréis,utilizar un buen chorizo apto para guisar (tipo cantimpalo, asturiano  o similar). Yo lo hago con el que haya por casa y,como toque personal,a veces frío unas rodajas de morcilla de Burgos y le añado un par por plato. Probarlo y veréis que bien se llevan las morcillas en unas patatas a la riojana.
      Vamos a cocinar.


 

Ingredientes (4 personas)

- 4 ó 5 patatas
- Chorizo riojano
- 1 cebolla
- 1 pimiento verde
- 2 hojas de laurel
- 1 cabeza de ajos
- 3 pimientos choriceros
- Pimentón dulce
- 1 cayena (opcional)
- Aceite de oliva y sal
- Media morcilla de Burgos (opcional)




Preparación

      Picamos la cebolla y el pimiento muy finito (en brunoise).




      Extraemos la carne de los pimientos choriceros. Para ello,lo más fácil es cocerlos en agua hirviendo durante 10-15 minutos. De ésta manera salen muy fácilmente (el proceso lo podéis ver entero en la receta "manitas de cerdo en salsa pecado"). También se puede comprar la carne de los pimientos choriceros envasada. En éste caso, ponerle una cucharadita.

                                                     (Hacer click en la foto para agrandarla)

      Se pone un chorrito de aceite de oliva en una cazuela y ahí se rehogan a fuego suave la cebolla y el pimiento con la cabeza de ajos entera, la cayena y las dos hojas de laurel.
      Cuando la cebolla se ha puesto transparente se añade el chorizo en rodajas. Se le da unas vueltas para que se hagan un poco.

                                                       (Hacer click en la foto para agrandarla)

      Aquí os haré un inciso. Si utilizáis un chorizo picante o vais a echarle pimentón picante no le pongáis cayena al principio si no queréis terminar con "aliento de dragón".
      Ahora es el momento de de meter las patatas. Éstas se escachan. Técnica según la cual,la patata no se corta en su totalidad sino que se rompe al final del trozo "cascándola" para que suelte el almidón y nos engorde la salsa.
      Se dan unas vueltas y se le añade una cucharada de pimentón y la carne de los pimientos choriceros,rehogando un poco. Se cubren de agua (yo utilizo la que me sirvió para hervir los pimientos choriceros,añadiendo agua hasta completar). Se dejan a fuego medio-suave unos 30 minutos.

                                                       (Hacer click en la foto para agrandarla)

       Las patatas a la riojana adquieren su máximo nivel de excelencia cuando la salsa nos queda "gordita". Para ello es aconsejable cubrir las patatas de agua sin añadir mucha más. También nos ayuda menear un poco la cazuela de cuando en cuando.De ésta forma la patata se rompe un poco. Si aún así os queda caldoso,podéis aplastar un par de patatas al final y dejar que engorde así la salsa.
      Otra cosa que hay que hacer es ir desgrasando el aceite que nos suelta el chorizo. Ya de por si es un guiso contundente como para que nos comamos la parte menos sana.


      Para acabar,sacamos la cabeza de ajo. Yo extraigo dos o tres dientes,les quito la piel (sale muy fácil) y los aplasto con un tenedor,retornando ésta pulpa al guiso.

                                                      (Hacer click en la foto para agrandarla)

      Mezclamos un poco y ya las tenemos listas. Sólo nos queda servir y disfrutar.
      Si queréis probar mi toque personal,quitarle la piel a una morcilla de burgos,hacerla rodajas y pasarlas por harina. Éstas se fríen y se sacan a papel absorbente,reservándolas hasta el momento de decorar las patatas.

                                                       (Hacer click en la foto para agrandarla)

¡Y listas!.....Bon appetit.


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Calorías por ración: 517 Kcal
      Si le añadís la morcilla habrá que sumar otras 200 kcal

lunes, 14 de abril de 2014

Torrijas

Introducción

         Hola amig@s
      Llega la semana santa y con ella las torrijas. En España es el dulce típico de éstas fechas pero no es algo exclusivo de aquí. En realidad no se sabe muy bien el origen de ésta receta y su relación con la cuaresma y la semana santa. No obstante, hace siglos y en tiempo de cuaresma, en muchas casas de familias católicas, se observaba un ayuno riguroso durante el viernes santo. No se trataba tan sólo de no comer carne, sino de no comer nada durante la vigilia (el viernes santo). En esos días, los que producían pan (las familias que tenían horno en casa, los panaderos y también conventos y monasterios) seguían fabricando con lo que se producía un excedente de pan de dos, tres o cuatro días. De manera que al consumir menos pan, y como modo de aprovechar éste excedente, surgió la receta sin que quede claro cómo y dónde. De hecho, las torrijas con éste u otro nombre y preparadas de manera muy similar se conocen en muchos países europeos y, por supuesto y como consecuencia de la colonización española, en Iberoamérica.
      Básicamente consiste en mojar con leche o vino las rebanadas de pan duro y dejar que empapen antes de pasarlas por huevo y freírlas. Hay tantas recetas como cocineros y pequeñas variaciones en ella. Infusionando la leche con algún aditivo (canela en rama, corteza de limón y naranja, vainilla, etc.), sin infusionar, añadiendo un licor, miel etc.
      Para mí, todas son válidas mientras el resultado sea óptimo y para ello, a mi juicio, el único secreto es que las rebanadas de pan queden bien empapadas. Así cuando las comamos estarán jugosas. No hay cosa más desagradable en una torrija, que quedar seca por dentro. Hay otra cosa con la que hay que tener cuidado y es no endulzarlas demasiado (no hacer una rebanada dulzona que rezume almíbar por todos los lados). En el punto justo está el éxito.
      Os mostraré cómo las hago yo. Hoy infusioné la leche con canela y corteza de limón, pero muchas veces las hice con leche con azúcar simplemente y, si las empapas bien, el resultado es el mismo: una explosión placentera en la boca.
      Las proporciones que os doy en la sección de los ingredientes son orientativas pues mientras las
hacéis puede que tengáis que batir un huevo más, añadir más leche etc. También depende del pan que utilicéis (yo las hago con pan de chapata y salen muy grandes), así que, en las cantidades vais viendo vosotros. Lo que os pongo es lo que hice yo para unas 20 torrijas
      Vamos a los fogones.









Ingredientes
- 1,250 cc de leche
- 1’5 chapatas de uno o dos días
- 1’5 vasos de azúcar
- 1 rama de canela
- Corteza de limón
- 10 Huevos
- Canela en polvo
- Aceite para freír






Preparación

      Comenzaremos por infusionar la leche con una ramita de canela y una corteza de limón. Para ello, lo dejamos a fuego suave/medio hasta que rompa a hervir.
      Mientras se va calentando la leche, cortamos las rebanadas de pan y las vamos reservando a una fuente en donde las mojaremos posteriormente.


                                                       (Hacer click en la foto para agrandarla)

      Cuando la leche rompe a hervir apartamos del fuego, extraemos la corteza de limón y la rama de
canela y dejamos que se enfríe un ratito. Yo incorporo el azúcar ahora. Con ello me aseguro que la leche está dulce y no corro el riesgo de que, en un descuido, se me “agarre” estando al fuego.


                                                        (Hacer click en la foto para agrandarla)

      Con ella mojamos bien todas las torrijas recolocando las rebanadas si hiciera falta para asegurarnos que todas se empapan bien y por igual.
      Dejaremos unos cinco minutos hasta que las torrijas estén bien empapadas.


                                                        (Hacer click en la foto para agrandarla)

      Mientras, vamos batiendo los huevos bien y, por otra parte, vamos mezclando en un cuenco
azúcar y canela en polvo (mezcla que echaremos por encima de las torrijas ya hechas). También ponemos al fuego una sartén con aceite para que vaya cogiendo calor.


                                                        (Hacer click en la foto para agrandarla)

      Más o menos cuando el aceite esté bien caliente, las torrijas estarán bien mojaditas. Para mí el punto exacto es cuando la rebanada de pan está tan empapada que hay que manejarla con cuidado de que no se nos rompa. Ese es el secreto de que estén ricas. En ese momento las pasamos por huevo batido y las freímos.



                                                       (Hacer click en la foto para agrandarla)

      Cuando estén hechas, las sacamos a papel absorbente para eliminar el exceso de aceite y las dejamos en una fuente en donde las rociamos (por los dos lados) con la mezcla de azúcar y canela molida.



                                                       (Hacer click en la foto para agrandarla)

    
      Y ya están listas para disfrutar….Bon appétit.




Vídeo







Calorías por ración: 400-550 Kcal
      Las calorías dependerán mucho del tamaño de la torrija,siendo el primer valor para las hechas con barras de pan normales(las más habituales) y el segundo las que os muestro en la receta.