domingo, 12 de enero de 2014

Sopa castellana

Introducción

         Hola amig@s
      Hoy os presento una receta que hunde sus orígenes en la más rancia tradición castellana. Una receta que bebe en las fuentes de la sabiduría popular. De esa virtud antigua de quien poco tiene y que,agudizando el ingenio, consigue elaborar recetas sublimes con poca materia prima. Platos como las gachas, las migas o las empanadas que no sólo nutrieron a nuestros antepasados sino que fueron una excelente solución para no desperdiciar nada en donde nada debía echarse a perder.Platos típicos de traición  humilde cuya gran virtud es la de deleitar con lo que sobra.
      Podríamos decir que hablar de sopa castellana y sopas de ajo es hablar de la misma cosa y los que afirmen esto no carecerán de razón. No obstante, a mí juicio, la sopa castellana podría considerarse una evolución de aquella guardando ambas el mismo origen humilde y el mismo espíritu,es decir, aprovechar el pan de ayer (y antes de ayer) añadirle unos ajos, agua o caldo y con ello crear un plato rico.
      La sopa de ajo ha derivado desde un punto inicial a un montón de variantes que guardan una gran similitud entre si y, a su vez, con la receta primitiva. Lo que conocemos como sopa castellana parece que tiene un par de características que la identifican: que el pan se cuece en el caldo (no se añade al final como en otras versiones) y la presencia de un huevo que se escalfa en la propia sopa (aunque ésto no le es exclusivo). Ocurre que las variaciones son tan sutiles y diversas que la frontera de las distintas versiones es muy difusa. Se diría que cuando en un restaurante pedimos una sopa castellana nos esperamos una sopa de ajo enriquecida y con un huevo escalfado qué se hace dentro de la propia sopa.
      Que sepáis que las variantes según cocinero y región son muy grandes. Hay quien le pone chorizo (yo hoy se lo puse), coliflor, pimientos choriceros,bacalao y otros productos. Quién le añade unos granos de comino,en fin,tantas variaciones como personas se pongan a elaborarla.
      Sea de la forma que fuere, en los fríos invernales de la meseta y otras partes de la península ha sido un fiel amigo durante siglos aportado sabor y calor y a mí me agrada especialmente que un plato con unos conceptos tan sencillos pero tan rico se vea en las cartas mejores restaurantes.
      Para finalizar,deciros que éste plato sale bueno con agua,pero que si tenéis un caldo de carne o de pollo,gana bastante. A falta de caldo,siempre podéis recurrir a la clásica pastilla de caldo.
      Vamos a prepararla.










Ingredientes (4 personas)

- 5 ó 6 dientes de ajo
- Pan duro (de 3 o 4 días)
- 50 gr de taquitos de jamón
- 75 gr de chorizo
- 4 Huevos
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- Sal
- Litro y medio de caldo de carne    





Preparación

      Como os he contado, muchas son las formas de preparar este plato. Se puede enriquecer tanto como queráis. Yo os muestro como lo hice hoy  y os aseguro que salió buenísimo.

      Comenzamos pelando 5 ó 6 dientes de ajo, los laminamos y los añadimos a una cazuela en donde previamente habremos puesto dos o tres cucharadas de aceite oliva. Es mejor no agregar los ajos cuando el aceite está muy caliente pues se os pueden quemar rápidamente y hará incomestible el plato. Mejor echar los ajos cuando el aceite está a fuego medio y que vayan dorándose a medida que el aceite va cogiendo temperatura. Cuando los ajos han cogido un bonito color dorado, incorporamos los taquitos de jamón y el chorizo en rodajas.Se dan vueltas rápido sin dejar que el chorizo y él jamón se hagan mucho.




                                                       (Hacer click en la foto para agrandarla)



     Incorporamos el pan en rodajas y echamos una cucharadita de pimentón. Rehogamos bien (como siempre que utilizamos pimentón os recuerdo que ésta operación es preferible hacerla fuera del fuego para evitar que éste se queme).Echamos el caldo casi de inmediato,sin dejar que el pimentón se cocine demasiado.



                                                        (Hacer click en la foto para agrandarla)



      Dejamos que el conjunto llegue a hervir moviendo de cuando en cuando para que el pan se vaya rompiendo. Cuando hierva unos 5 minutos (no hace falta más) vamos a incorporarle los huevos de uno en uno con cuidado para que se nos escalfen en la propia sopa. Un consejo que os doy para echar los huevos en la sopa es que primero los saquéis a un plato,bol o lo que sea y de ahí a la cazuela.Así evitáis que,por accidente caiga algún trozo de cáscara en la sopa. En 2 minutos estarán listos y tendremos nuestra sopa terminada.
      Es el momento de probar y rectificar de sal si fuese necesario. El jamón le ha aportado sal al guiso y habrá veces que no necesite sal,pero probar y dejarla a vuestro gusto.





                                                       (Hacer click en la foto para agrandarla)
      Se presenta tradicionalmente en unos cuencos de barro cuya función principal consiste en guardar muy bien el calor. Hay que tener en cuenta que es una sopa propia de meses y lugares muy fríos y que se agradecía el comerla bien caliente. Seguro que habéis probado esta receta (sobre todo en casa de mamá) pero probar a hacerla vosotros mismos pues el resultado está garantizado y es muy fácil de hacer...Bon appétit.


Vídeo







Calorías por ración:  490 Kcal
      Si utilizáis agua en vez de caldo las calorías resultantes son unas 160 Kcal menos,es decir,la misma ración supondría330 Kcal.